domingo, 6 de abril de 2014

Tema 9: Las estructuras para el trabajo de los alumnos: los agrupamientos

Tema 9: Las estructuras para el trabajo de los alumnos: los agrupamientos
Yatzsiri Lira Munive
1.    Algunas consideraciones iniciales
En esta lectura el autor Ma. Teresa González González menciona que para organizar la enseñanza, en cualquier centro ha de abordar, entre otras cosa, la cuestión de cómo agrupar a los alumnos.
El análisis del centro escolar desde el punto de vista de sus estructuras no se agota en conocer y examinar cuáles son las que se han establecido para e gobierno del centro o para la coordinación de los profesores; también se atiende aquellas a través de las cuales se organiza a los alumnos para facilitar el aprendizaje.
2. La graduación de la enseñanza
Ma. Teresa González González argumenta que los centros escolares trabajan con un considerable número de alumnos, de modo que es prácticamente imposible que cada uno de ellos cuente con un profesor a disposición.
 Los agrupamientos de alumnos en los centros escolares se justifican por la necesidad de favorecer y educar la sociabilidad, pero también porque, existe una desproporción entre el número de estudiantes y el de profesores, y los espacios y recursos con los que cuenta son limitados.
La problemática de los agrupamientos de alumnos se plantea de forma expresa a inicios del pasado siglo con la universalización de la educación.                        Los rasgos generales que caracterizan son:
·         La trayectoria escolar de los alumnos se divide y organiza en grados perfectamente definidos que el alumno tiene que recorrer y superar en un tiempo dado generalmente marcado por la administración.
·         El agrupamiento de alumnos por grados conlleva, necesariamente, la jerarquización del currículo; este se secuencia y organiza en tramos y en función de ellos se establece, para que cada área curricular, cuales son los niveles de exigencia considerados normales para los alumnos que están cursando un determinado grado.
·         En un modelo de enseñanza graduado, un criterio básico para la adscripción del alumno a un grado es la edad cronológica del alumno. Dada la complejidad que conlleva enseñar a un gran número de alumnos.
En definitiva la escolaridad en el modelo graduado queda estructurada  como una secuencia lineal de periodos que se corresponden con una secuencia del currículum y que, por tanto, lo normal es que adquieren los conocimientos exigibles propios de la edad, a un ritmo ajustado a ella.
Ma. Teresa González Gonzáles argumenta en la lectura que la cuestión de los agrupamientos de los alumnos no se agota, sin embargo, en el establecimiento de un sistema como el graduado, en el que se dispone cómo van a quedar organizados los alumnos y su currículum a lo largo de su trayectoria escolar.
3. Una cuestión polémica
En la lectura Ma. Teresa González Gonzáles establece que la organización y distribución de los alumnos en el centro escolar es una cuestión en torno a la cual se han planteado diversas soluciones y se han generado también muchas polémicas, todas ellas sobre el telón de fondo de la convivencia e idoneidad de formar grupos homogéneos  o grupos heterogéneos de alumnos.
Así mismo la noción de que los agrupamientos de alumnos para la enseñanza ha de ser homogéneos surgió al hilo de la graduación de la enseñanza, pues ésta se planteaba con la idea que cada grupo de alumnos ubicados en un grado fuese lo más homogéneos posible.
Al hablar de los grupos homogéneo, es referirse a aquellos que se constituyen en los centros escolares. La posibilidad e idoneidad de construir grupos homogéneos constituye una cuestión sobre la que se ha polemizado ampliamente, y se han vertido numerosas críticas. El agrupamiento de alumnos según sus capacidades y/o trayectoria escolar previa constituye una modalidad de la organización de los estudiantes que, si bien en nuestro sistema educativo no ha sido preeminente. Igualmente resulta problemática la utilización de criterios de homogeneización como el coeficiente intelectual de los alumnos, o su nivel instructivo, con el fin de ubicar a cada uno donde corresponde, no solo porque ello requiere definir el criterio de en función del cual se va a homogeneizar.
En lo que se refiere al agrupamiento por itinerarios, no existen evidencias concluyentes y sólidas de separar a los alumnos y así aumente su rendimiento.
Ma. Teresa González González alude que en cuanto a lo que se refiere a la enseñanza que reciben los alumnos una vez agrupados de acuerdo con su trayectoria escolar y su rendimiento previo, se ha documentado que cuando los alumnos están separados por itinerarios la calidad de la enseñanza que reciben en cada uno es similar.
Una de las razones que explican la situación que tienen que ver con el etiquetaje de los alumnos como mejores o peores estudiantes y las expectativas que se generan sobre los mismos.  Se espera menos que los que están en itinerarios menos valorados académicamente o en grupos de baja capacidad.
De acuerdo con Ma. Teresa González González, los alumnos interiorizan las expectativas de la institución cuando son asignados a ciertos grupos y ajustan sus conductas a tales expectativas. Mientras los de los grupos mejor valorados académicamente van adoptando, los valores oficiales del centro y responden a la noción implícitamente mantenida de lo que es un buen estudiante, no ocurre lo mismo con aquellos en grupos menos valorados.
Evitar la separación y segregación de los alumnos, como exigencia básica de democratización y equidad educativa, requiere organizar los grupos de alumnos heterogéneamente. La heterogeneidad de los agrupamientos es inevitable sean cuales sean las formas de organización de los estudiantes en el centro. Se debe mantener los grupos heterogéneos, sin diferenciar a los alumnos y el currículum y enseñanza que reciben sobre la base de su capacidad o su trayectoria escolar.
La autora Ma. Teresa González González establece que una modalidad de enseñar expositiva y colectiva, ha estado muy propicia bajo la idea de homogeneización. Los alumnos  son diversos, no caben soluciones  pedagógicas tradicionales, centradas en el grupo y en el profesor. En un sistema de agrupamientos flexibles, los grupos de alumnos que constituyan en el centro ni son estáticos ni se mantienen inalterables en su composición a lo largo del tiempo, y con ello se mantienen abiertos y sujetos a criterios flexibles que permitan dar una respuesta a las diversas características y a la propia evolución de cada uno.


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