Bloque II. Las organizaciones escolares: dimensiones,
elementos y caracteristicas.
Tema: 1.9. Las estructuras para el trabajo de los alumnos:
los agrupamientos.
Ana Valeria González Sánchez
Las formas de
agrupar no son fórmulas asépticas, sino que reflejan valores, principios,
concepciones de la escuela y la educación de los estudiantes, de la diversidad
y como abordarla, y propician o dificultan unos u otros enfoques de enseñanza.
Los centros
escolares trabajan con un considerable número de alumnos, de modo que es prácticamente
imposible que cada uno de ellos cuente con un profesor a su disposición; como
ha señalado Gimeno en ellos no es posible un modelo de tutoría con una atención
singularizada a cada estudiante.
Los agrupamientos
de alumnos en los centros se justifican por la necesidad de favorecer y educar
la sociabilidad, pero también porque, como
decimos, existe una desproporción entre el número de estudiantes y el de
profesores, y los espacios y recursos con los que se cuenta son limitados.
Una de las
formulas adoptadas en su momento para organizar el contingente de alumnos accedía
a los centros fue la denominada graduación.se trata de un modo de organizar a
los alumnos que, en sus rasgos esenciales, se mantiene vigente en la
actualidad, de modo que la mayor parte de los debates o polémicas que puedan
plantearse en torno a cómo se agruparan a los alumnos en los centros escolares
se plantea sobre el telón de fondo de un sistema escolar asentado en la idea de
graduación. Los rasgos que la caracterizan podrían sintetizarse en las notas
siguientes:
La trayectoria
escolar de los alumnos se divide y organiza en grados perfectamente definidos
que el alumno tiene que recorrer y superar en un tiempo dado generalmente
marcado por la administración.
Agrupamiento de
alumnos por grados conlleva, necesariamente, la jerarquización del currículo;
este se secuencia y organiza en tramos y en función de ellos se establece, para
cada área curricular, cuales son los niveles de exigencia considerados normales
para los alumnos que están cursando un determinado grado.
En un modelo de
enseñanza graduado, un criterio básico para adquisición del alumno a un grado
es la edad cronológica del alumno.
La escolaridad
en el modelo graduado queda estructurada como una secuencia lineal de periodos que
se corresponden con una secuencia del curriculum que marca el oren del
aprendizaje. Se asume que el proceso de los alumnos es lineal y que, por tanto,
lo “normal” es que adquieran los conocimientos exigibles propios de la edad, a
un ritmo a ella.
La organización de
alumnos por grados, supuso, en su momento, un cambio importante en los centros
escolares, pues se pasó de una situación en que loa que lo más habitual era encontrar
a un profesor enseñando en un aula múltiples materias a estudiantes de
distintas edades y niveles de capacidad, a otra en al que los alumnos quedan
formalmente divididos en diferentes aulas según su edad o su capacidad, y en la
que los profesores son asignados específicamente a cada uno de los grupos así constituidos.
La escuela
graduada contribuyo, así mismo, a configurar ciertos modos de organizar y
trabajar en las aulas que hoy en día nos resultan familiares como, prácticas de
enseñanza dirigidas al grupo de alumnos
en su conjunto, basadas en explicación para todos y ejercicios o actividades
iguales para realizar individualmente durante un tiempo dado. La graduación
represento, en su momento, una vía para organizar la gran cantidad de alumnos que
accedían a los centros, pero no está exenta de críticas.
Una de las soluciones
para evitar tales inconvenientes fue la de plantear la graduación por ciclo, un
sistema que está vigente en nuestro sistema educativo desde hace años en los
tramos de educación infantil y primaria. Sus rasgos básicos son los siguientes:
Las unidades de
tiempo en que se fragmenta el progreso de los alumnos son superiores a un año.
Conlleva y exige
desarrollar un curriculum para el ciclo, o sea, para un grupo de alumnos de
edades diferentes y a cargo de un grupo de profesores
Dentro del
ciclo, al menos formalmente hablando, los alumnos pueden progresar libremente según
sus capacidades, y los procesos de enseñanza habrán de tender a lo individualización,
con las consiguientes adaptaciones a las características y peculiaridades de
cada uno.
La noción de que
los agrupamientos de alumnos para la enseñanza han de ser homogéneos surgió al
hilo de la graduación de la enseñanza, pues esta se planteaba con la idea de
que cada grupo de alumnos ubicados en un grado fuese lo más homogéneo posible
Como señala
Gimeno Sacristán refiriéndose al modelo
de graduación por edad, el objeto en “la búsqueda de la homogeneidad de los
estudiantes hasta el límite de lo gobernable para mejorar las condiciones del
trabajo pedagógico, agrupando al alumno por competencias y niveles de instrucción
cuyo desarrollo se considera, de alguna manera, ligado a la evolución de la
edad”.
Grupos homogéneos
nos referimos a aquellos que se constituyen en los centros echando mano de
ciertos criterios pre-establecidos relacionados con las posibilidades de
aprendizaje, a fin de que las diferencias individuales entre los alumnos que lo
componen sean mínimas.
El agrupamiento
de los alumnos según sus capacidades y/o trayectoria escolar previa constituye
una modalidad de organización de los estudiantes que, si bien en nuestro
sistema educativo no ha sido preeminente, cuenta con una historia importante en
país como Inglaterra o EE UU donde el agrupamiento de los alumnos en diversos
itinerarios curriculares recibe el nombre genérico de tracking, y ha venido
siendo una práctica habitual desde finales del siglo XIX, si bien sujeta a una
fuente polémica desde el último cuarto del siglo XX.
Welner “prácticas
de agrupamiento entre aulas que se caracterizan por; a) ser un proceso por el
cual lo educadores juzgan las capacidades intelectuales del estudiante, o el
rendimiento previo, o predicen sus logros futuros, y utilizan esos juicios como
parte, al menos, de la base para la ubicación de aula; b) se diferencia el
curriculum y la enseñanza que reciben los alumnos en las diferentes clases”
Se trata, de
modalidades de agrupamiento en las cuales aquellos alumnos que se considera son
similares en sus necesidades educativas serán enseñados juntos, separados de otros
alumnos que se entiende poseen capacidades diferentes, para desarrollar con
ellos un determinado curriculum “ajustado” a sus características
Resulta complejo hacer grupos homogéneos
de alumnos y una enseñanza también homogénea para todos ellos cuando en
realidad los alumnos no lo son. Las dificultades para conseguir un grupo de esa
naturaleza son muchas, incluso aunque el o los criterios que se utilicen para
determinar que alumnos quedan asignados a que grupos estén perfectamente
definidos y perfilados.
Conclusión: los agrupamientos de alumnos
se ven de forma homogénea por medio de itinerarios defensores y detractores y
los grupos heterogéneos que es lo que se ve más en las escuelas que no tratan a
los alumnos con la misma libertad que todos
Bibliografía: las estructuras
para el trabajo de alumnos: los agrupamientos. González Ma. Teresa en González
Ma. Teresa (2003) (Coord.) Organización y Gestión de los Centros Escolares.
Dimensiones y Procesos. Editorial PEARSON Prentice Hall. Madrid, España.
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