Abigail
Tlatelpa Morales
La noción de gobierno
es altamente relevante para entender la vida de una organización, entonces, la
noción de gobierno comprende, de una parte, la actividad o proceso de gobernar
y, por otra, todas las instituciones y esquemas relacionales implicados en
dicha actividad o proceso. Gobernar como conducir (a una dirección,
representados por propósitos, fines o metas colectivas) hacia una dirección, es
decir, guiar y dirigir. Aproximándose a
la noción de control puede afirmarse que quien gobierna también controla.
Entonces gobernar como coordinar y
gobierno como estructura.
Así, pues, cabe
identificar dos dimensiones en el gobierno: una procesual o dinámica y otra
estructural. Pierre y Peter, el gobierno puede ser considerado como
interacciones entre estructuras, más que como pura y mera estructura.
El gobierno de la organización
tiene lugar en la propia organización, pues tiende a ser resultante de la
interacción de múltiples actores que gobiernan y a la vez son gobernados. En el
curso de estas interacciones, cabría identificar sistemas, con respecto a los
cuales lo importante será no tanto la distinción entre el todo (el sistema) y
unas partes integrantes (subsistemas), sino más bien la propia
diferenciación que va siendo opera
reflexiva y recursivamente, de modo que cada uno de ellos genera internamente
subsistemas que serán objeto del mismo tipo de diferenciación.
Cabe destacar que el gobierno de los centros escolares debe
proporcionar dirección y orientación, supervisar y controlar las funciones
ejecutivas, actualizar y dar respuesta
exigencias externas y dar estimulo, iniciativa, apoyo y
orientación.
Desde las dos últimas
décadas, se ha ido produciendo lo que
puede considerarse como proceso de
descentralización del gobierno de los centros escolares. Hanson la define como
la transferencia de autoridad decisoria, responsabilidad y tareas, bien desde
niveles organizativos superiores a niveles organizativos inferiores, o bien
ente organizaciones. La descentralización
de los sistemas educativos ha ido
acompañada de un aumento y desarrollo del grado de autonomía de los centros
escolares, incluso puede afirmarse que el aumento de la autonomía institucional
es alcanzado mediante la descentralización. La forma particular que adopte en
cada contexto la autonomía escolar va a depender precisamente de cuáles son los
ámbitos asignados para ser determinados por los centros y cuáles son asignados
para ser determinados en niveles superiores, así como el grado de capacidad
decisoria y responsabilidad atribuidas dentro de cada ámbito. Las opciones
disponibles no serían, independiente entres si, sino altamente
interdependientes.
Entonces una escuela
que se auto-gestiona se caracteriza por
la circunstancia de que un grado significativo de autoridad y responsabilidad
en la toma de decisiones es transferido
por parte de una instancia central que determinan un marco general entro del
que esa escuela tiene que operar, con otras escuelas perteneciesen al sistema del cual formaría parte. En
cambio, una escuela que se auto-gobierna o escuela autónoma se caracterizaría
por presenta un alto grado de independencia, que, en todo caso, no vendría
limitado por marco general central alguno y por consiguiente, le desligaría de
cualquier centro escolar.
La autonomía
escolar admite ser diferenciada en tipos
cambiantes entre si, atendiendo inicialmente a qué instancias son las
principales depositarias de la autoridad decisoria transferida en el proceso
de descentralización y, por tanto,
cuáles son las instancias que ejercen el control sobe la toma de decisiones: la
autoridad puede ser transferida a la dirección del centro escolar (control
administrativo), a los profesionales del centro (control profesional), a los
padres y a la comunidad (control por la comunidad) y por último la autoridad es
transferida a los profesores, alumnos, padres y la comunidad en general
(participación y compromiso).
Sin embargo, la
autonomía institucional de los centros no siempre ha correspondido con apertura
la comunidad, y sobre todo, con un equilibrio. Así, pues, la contribución que
la participación puede hacer al gobierno se torna particularmente ambigua.
Entiendo que quien gobierna una institución es quien tiene la autonomía total y absoluta para tomar decisiones específicas y estratégicas en busca del logro de la calidad, la eficiencia y de los objetivos propuestos.
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