UNIVERSIDAD
PEDAGÓGICA NACIONAL
Ana Valeria González Sánchez
Boque II. Las organizaciones escolares: dimensiones,
elementos y características
Tema: 1.11. Cultura y subculturas organizativas.
Los centros escolares no existen,
ni operan como realidades separadas y al margen de lo que ocurre más allá de
sus paredes, es decir de las culturas nacionales y las culturas locales de las
que forman parte, y de sus sistemas socio-culturales, profesionales, políticos,
artísticos, etc.
Las distintas instituciones que
forman parte de la sociedad han ido desarrollando su propia cultura. La cultura
escolar para referir aquella que caracteriza a esta institución y que se ha ido
configurando históricamente muy mediatizada por las condiciones socio- económicas.
Políticas, culturales que la rodean.
La cultura de la escuela, es un componente que permanece y dura, un sedimento
que se ha ido formando a lo largo del tiempo y que no es sencillo cambiar o
modificar. Con frecuencia en los centros escolares no existe una cultura
unitaria, univoca y compacta, sino subculturas diversas ligadas a grupos
particulares o a unidades organizativas en el centro.
El clima de una organización no
es más que una atmosfera o ambiente determinado, de modo que, aunque tengan
estructuras similares, cada una es
distinta. Será con el desarrollo de los denominados modelos o perspectivas
interpretativas cuando la noción de cultura organizativa adquiere una
notoriedad destacable y cuando adquiere relevancia el análisis de los centros
escolares como realidades culturales, que no pueden ser comprendidas al margen
de cuales sean los parámetros valorativos, de interpretación y significación
sobre los cales sus miembros constituyen y dan forma y contenido a la vida
cotidiana y funcionamiento de la organización.
Se define que las culturas pueden
y deben ser gestionadas, y se añade que son los directivos de la escuela los
que habrán de desempeñar un papel clave a la hora de modelar, conformar,
reorientar, en definitiva, gestionar la cultura del centro de tal manera que
promueva la eficiencia y calidad del mismo.
La cultura organizativa se ha
utilizado como metáfora para dar cuenta del centro escolar como realidad que va
construyendo socialmente y en la que se van asentando determinados valores, supuestos,
modos de hacer, etc. En otros se concibe como una variable, que puede ser
gestionada con vista a conseguir una mayor eficacia y productividad en la
organización.
Schein, que define a la cultura como “un patrón de supuestos básicos compartidos que
un grupo dado ha inventado, descubierto o desarrollado al ir aprendiendo a
hacer frente a sus problemas de adaptación interna y de integración interna, y
que ha funcionado suficientemente bien como para ser considerando valido, y por
tanto, para ser enseñado a los nuevos miembros como el modo correcto de
percibir, pensar y sentir en relación con esos problemas”.
De ahí que los centros escolares
no sean ni funcionen todos del mismo modo, como ilustran los ejemplos
siguientes:
·
En unos existen una visión o concepción más o
menos compartida acerca de que se pretende como organización, mientras en otros
las metas y propósitos se plantean formalmente, pero en el fondo nadie sabe o
tiene claro de qué va la organización.
·
Unos y otros varían en el grado de individualismo
o de colaboración y apoyo entre profesores.
·
Mientras en unos la comunicación fluye en todas
direcciones, con poca distorsión, y ello facilita y posibilita el que todos los
miembros puedan acceder a la información y conocer los diversos aspectos relacionados
con la vida del centro, en otros las dinámicas de comunicación tienden a ser
secretistas, se crean capillas y la información se cierra a los miembros.
Pero no solo se habla de culturas
en plural para expresar la complejidad del entramado cultural de las
organizaciones escolares. También se utiliza otro concepto, el de subculturas,
para aludir a que la cultura desarrollada en cada centro escolar, no siempre es
coherente, cohesiva y compacta.
Los centro de primaria tienden a
desarrollar una cultura caracterizada por la importancia dada a la atención y
el cuidado a los alumnos, y por el sentido de propiedad y control que mantiene
los profesores con respecto a los niños y niñas que tienen a su cargo en el
aula. Los centros de primaria son organizaciones en las que suele predominar
una cultura profesional del individualismo. Sus docentes tienden a tomar como
punto de referencia básico el centro en su conjunto, más que sus unidades
organizativas, existiendo una mayor conciencia de las metas del centro tienden
a quedar más difuminada.
Por otra parte, los centros de
secundaria se han apuntado que uno de sus rasgos culturales viene dado por la
predominancia de un claro sesgo académico, muy relacionado con la orientación
del docente hacia su área/asignatura y el contenido de la misma, y reflejada en
la preocupación por trabajar con los alumnos los contenidos de sus respectivas
materias. En los centros de secundaria tiende a ser más predominante y
preeminente el logro académico del alumno, al que suele concedérsele más valor
que a otro tipo de logros, la influencia importante que en los modos de ser y
relacionarse los profesores en los centros de secundaria ejercen las estructuras
departamentales, se ha insistido en que en los centros de secundaria tiende a desarrollase
una cultura balcanizada, en la que los profesores, aunque no trabajan en
aislamiento profesional, tampoco se relacionan y trabajan en colaboración con
todos los colegas del centro, sino en subgrupos más pequeños.
Los departamentos, como señala
Siskin son limites fundamentales que forman subculturas distintas dentro de las
escuelas.
Firestone y Louis han apuntado
que, en la configuración de subculturas ligadas a los departamentos, influyen
particularmente dos factores: la interacción que se produce en torno al
departamento y su base disciplinar. Los
departamentos son contextos importantes de interacción que, en los institutos
pueden funcionar como micro-contextos relacionales diferentes entre sí. Los
contenidos y formas de interacción que se desarrollan en cada departamento
varían según los casos: algunos no constituyen un contexto significativo de
interacción profesional frecuentemente y regular, otros cultivan internamente
el aislamiento profesional entre los docentes o son conflictivos y están
internamente fragmentados mientras en otros se desarrolla dinámicas de
colaboración profesional. Por otra parte, en el centro de secundaria los profesores lo son de
materias o asignaturas concretas; suelen verse como especialistas y considera
que lo lo que enseñan es crucial para lo que necesitan saber los alumnos.
Conclusión: En las organizaciones
es de suma importancia la cultura porque cada individuo trae consigo una
cultura que va aportando a la organización en su conjunto, de esta forma en
cada departamento hay muchos subgrupos que se unen para un fin en común, la
cultura influye dentro de la organización por que puede llegar a modificar el
ambiente dentro de esta en la manera en la que los autores se involucran entre
estos.
Bibliografía: 1.11. Cultura y
subculturas organizativas. González Ma. Teresa en González Ma. Teresa (2003)
(Coord.) Organización y Gestión de los
Centro escolares. Dimensiones t procesos. Editorial PEARSON Prentice
Hall. Madrid, España
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