lunes, 7 de abril de 2014

Las estructuras para el trabajo de los alumnos: los agrupamientos.1.9


Abigail Tlatelpa Morales

 
Las estructuras para el trabajo de los alumnos: los agrupamientos. 1.9    
  Autora: Ma. Teresa González González.

 
 
Para organizar la enseñanza, cualquier centro ha de abordar, entre otras, la cuestión de cómo agrupar a los alumnos. Las soluciones que se adopten sobre esto, contribuyen a configurar una determinada estructura para el aprendizaje y la formación de los estudiantes. En este sentido, el análisis del centro escolar desde un punto de vista de sus estructuras no se agota en conocer y examinar  cuáles son las que se han establecido para el gobierno del centro o para la coordinación de los profesores, pero también se debe atender aquellas a través de las cuales se organiza  a los alumnos para facilitare el aprendizaje.

Los centros escolares trabajan con un considerable número de alumnos, de modo que es prácticamente imposible que cada uno de ellos cuente con un profesor a su disposición, a consecuencia de ello es necesario el agrupamiento de alumnos justificando la necesidad de favorecer y educar la sociabilidad, pero también porque, los espacios y recursos con los que cuenta la escuela son limitados. Los alumnos son agrupados basándose en determinados criterios.

Una de las fórmulas que adoptaron los centros escolares para organizar a sus alumnos y en consecuencia su enseñanza es la idea de graduación, la cual queda estructurada como una secuencia lineal de periodos (edades) que se corresponden con una secuencia del currículum que marca el orden del aprendizaje. Se asume que el progreso de los alumnos es lineal y que, por tanto, lo normal es que adquieran los conocimientos exigibles propios de la edad, a un ritmo ajustado a ella. La graduación no está exenta de críticas.

La organización y distribución de los alumnos en grupos en el centro escolar es una cuestión de torno a la cual se han planteado diversas soluciones y se han generado también muchas polémicas, todas ellas sobre el telón de fondo de la conveniencia e idoneidad de formar grupos homogéneos o grupos heterogéneos de alumnos.

Cuando hablamos de grupos homogéneos no referimos a aquellos que se constituyen en los centros echando mano de ciertos criterios pre-establecidos (edad, coeficiente intelectual, nivel instructivo, trayectoria escolar previa, etc.) relacionados con las posibilidades de aprendizaje, a fin de que las diferencias individuales de los alumnos que lo componen sean mínimas. Supone un mayor rendimiento y aprendizaje de los alumnos.

Trabajar con grupos heterogéneos conlleva, la necesidad de modificar los patrones y estilos de trabajo en las aulas. Potenciar, en definitiva, en las aulas una variedad de ambientes de trabajo en la que tenga cabida la diversidad de los alumnos que forman parte del grupo y echar a andar la diversidad de prácticas pedagógicas.

 

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